Esa niña dulce y cariñosa, que siempre estaba alegre, llena de ideas, desde que nació su hermanito ha cambiado su comportamiento: llora por todo y requiere atención permanente, a pesar de lo ilusionada que estaba con la idea de la venida de un nuevo integrante a la familia. Además ha tenido retrocesos en su desarrollo: se hace pis en la cama y habla como chiquita. La situación se ha vuelto muy difícil.
No le hace daño al hermano, pero le abraza tan fuerte y todo el tiempo se preocupa por él. Le niega sus juguetes, sin embargo, es la primera en abrir los regalos que le traen al bebé y en jugar con ellos, y por supuesto reclama regalos para ella también y de vez en cuando le quita su chupón, le regaña como su fuera su mamá. Para terminar está decepcionada ya que creía que podría jugar con él bebe desde el primer día.
¿Es normal ese cambio de comportamiento?
Es un proceso normal en los niños, y no solo cuando nace el segundo hermano, sino que se dará también con cada uno de los hijos si vienen más hermanos.
En el caso de la niña o niño que era el hijo único, e incluso el primer nieto, y recibía toda la atención, que ahora tiene que ser compartida, y, es más, ahora su hermano, chillón, chiquito, que no hace nada más que dormir, llorar y comer es el centro de atención de la familia, y peor aún, ya que conforme crece, y comienza a hacer sus gracias, se ha vuelto el centro de atención de todos: “que ya está gorjeando, que ya se sienta, que come su primera papilla, que le salieron sus primeros dientes,”. Toda esa atención puede afectar al hermano mayor que puede sentirse desplazado. ¿donde quedaron los mimos o el compartir la habitación con papá y mamá? y ahora tiene que dormir solo en su nuevo cuarto, mientras ese pequeño extraño convive con sus padres, haciéndole sentir que ha sido reemplazado. En sus sentimientos hay una lucha, ama también a ese nene, pero no deja de ser un intruso que se metió en su vida, quitándole sus “privilegios”.
Reforzar la relación entre hermanos
Unas de las personas más transcendentales que tenemos en nuestras vidas son indudablemente los hermanos. Al volvernos padres por segunda vez o por varias veces, nuestros hijos no solo se convierten en hermanos, sino que su relación será de por vida, y está en nuestras manos fomentarla para que sea una correlación de afecto y soporte, además en el ambiente familiar es donde se aprende a convivir con otras personas.
Tenemos que saber cómo lidiar con estos conflictos para entretejer entre ellos una buena relación, que deberá estar basada en el entendimiento, igualdad, calma, respeto y eso lo tienen que modelar los padres.
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Estas son algunas ideas
- Nunca comparar a los hermanos, no decirle mira que tu hermanito es bueno y no te hace nada, ¿ por qué eres malo con él? La típica frase, “ tú ya estas grande y puedes hacer las cosas solo”. Y muchas por el estilo que más bien provocan rechazo ante el pequeño.
- Explicarle en la medida de su entendimiento y edad, que el bebé requiere muchos cuidados y tiempo pero que eso no cambia el amor hacia el resto de los hermanos.
- Si bien debemos evitar los enojos y castigos al niño observamos que su comportamiento se deriva de los celos, no podemos ser demasiado blandos, así que debemos encontrar el equilibrio ente firmeza y cariño.
- Es preferible no tomar en cuenta cuando el niño empieza a actuar demasiado infantilmente y más bien tratar de llamar su atención hacia otra cosa.
- Se deben evitar otros cambios como el comienzo de la guardería, el dormir solo en su cuarto, o hacerle que deje el chupón o el pañal.
Es necesario tomar muy en cuenta este aspecto para desarrollar el amor entre hermanos, ya que podría suceder que las malas relaciones y los celos perduren de por vida.
Amor sin condiciones
Qué importante es reforzar el amor hacia el niño o niña que está pasando por ese incómodo proceso. Los cambios por lo general traen incertidumbre e inquietud ya que afectan la rutina diaria y la estructura familiar.
Los padres son los llamados a gestionar los celos, y a acompañar a su hijo con una mega dosis de paciencia, inteligencia, cariño y dedicación en la transición a la que se enfrenta.
Consejos para este momento:
- Involucrarle en pequeñas tareas en la atención del bebé.. y decirle lo importante que es su ayuda.
- Reforzar su buen comportamiento, e ignorar los malos ratos.
- Papá y mama tendrán que turnarse para dedicarle momentos exclusivos, como salir a tomar un helado, llevarle al parque, jugar sus juegos favoritos.
- Hacer una rutina agradable a la hora a la hora de ir a la cama, brindarle compañía a la hora de comer, darle un baño calientito, leer o contar sus cuentos favoritos, realizarle masajes relajantes, rezar sus plegarias y llevarlo a la camita.
- Hemos de recordarle que hay muchas cosas que se pueden realizar con él o ella y no con su hermanito porque todavía es pequeño.
Los hijos deben saber que, aunque a veces su comportamiento no sea el mejor, y que se les tiene que llamar la atención, eso no significa que el amor de sus padres haya disminuido, sino que siempre van a ser amados y que ese amor no dependerá de su proceder. El corazón tiene la capacidad de expandirse y brindar amor a todos por igual.
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Escrito por:
Daniela Vega es una mamá emprendedora que ha dejado una marca significativa en el mundo digital. Fundadora de Storybook: Bedtime Stories, la aplicación líder en más de 90 países, ha impactado positivamente a innumerables familias alrededor del mundo. Además de su éxito empresarial, Daniela ha construido una comunidad sólida de más de 12.000 madres en Facebook, donde se apoyan mutuamente y comparten experiencias.
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