Establecer una rutina después de la escuela es clave para el bienestar y desarrollo de los niños. Este tiempo no solo permite descansar de las exigencias del aula, sino que también les ayuda a estructurar su día, mantener el equilibrio emocional y fomentar hábitos de vida saludables.
Cómo establecer una rutina para niños después de la escuela
Después de un largo día en la escuela, los niños necesitan un poco de orden para recargar energías, relajarse y ponerse de vuelta al día con sus responsabilidades. Pero no te preocupes, crear una rutina no significa llenarles de tareas aburridas. Se trata de encontrar un equilibrio entre deberes y diversión, algo que les ayude a sentirse seguros y organizados, mientras aprovechan su tiempo al máximo.
1. Identifica necesidades y prioridades
El primer paso para crear una rutina es comprender las necesidades específicas de tus hijos.
Esto incluye tiempo para descansar, completar tareas escolares, comer algo nutritivo y disfrutar de actividades recreativas.
Observa cómo llegan de la escuela: algunos niños necesitan tiempo para relajarse antes de cualquier actividad, mientras que otros prefieren terminar su tarea de inmediato.
Por ejemplo, un refrigerio saludable al llegar a casa puede ser una excelente forma de reponer energías. Prepara opciones rápidas como frutas, galletas integrales o un batido casero. Este momento también puede ser una oportunidad para conversar sobre su día y así, fortalecer la comunicación y la confianza entre ustedes.
2. Involucra a los niños en la planificación
Cuando los niños participan en la creación de su rutina, es más probable que la sigan con entusiasmo.
Pregúntales qué clases y actividades les gustaría incluir, cómo prefieren organizar su tiempo y qué objetivos tienen. Al hacerlo, les das un sentido de control y refuerzas su capacidad para tomar decisiones.
Por ejemplo, si tu hijo disfruta de la música, pueden reservar un tiempo para practicar un instrumento o simplemente escuchar sus canciones favoritas. Tener algo que les motive hará que el resto de las actividades sean más llevaderas. Usa una tabla visual con imágenes o colores para que ellos puedan ver claramente su horario y anticipar lo que viene.
3. Sé constante pero flexible con los horarios
Aunque la consistencia es parte fundamental para que los niños sepan qué esperar, es importante ser flexible ante circunstancias especiales.
La clave es encontrar un equilibrio: si un día necesitan más tiempo para relajarse o hacer una actividad diferente, adáptate sin perder de vista el objetivo principal.
Establece horarios claros para las tareas escolares, la cena y el tiempo libre, pero deja margen para improvisar cuando sea necesario.
Por ejemplo, si un día de vacaciones se sienten especialmente cansados, puede ser una buena idea reemplazar una actividad exigente por una sesión de lectura o un juego tranquilo en familia. Esto les enseñará a manejar los cambios con calma y adaptarse a nuevas situaciones.
4. Designa un espacio para actividades recreativas
Contar con un espacio específico para jugar, leer o practicar hobbies ayuda a que los niños adolescentes se concentren y disfruten más de sus actividades.
Este lugar no tiene que ser grande ni sofisticado; basta con que sea cómodo, ordenado y esté adaptado a sus intereses.
Si a tus hijos les gusta dibujar cosas, puedes preparar una pequeña mesa con materiales de arte.
Si prefieren juegos de construcción, ten a mano sus bloques o rompecabezas favoritos. Incluir elementos como una alfombra suave o cojines les hará sentir que ese rincón es especial y pensado para ellos. Un entorno acogedor refuerza su motivación y creatividad, transformando estas actividades en momentos significativos del día.
Ejemplo de rutina después de la escuela
Después de la escuela, los niños necesitan un plan que combine descanso, aprendizaje y diversión. Una rutina bien organizada no solo les ayuda a gestionar su tiempo, sino que también reduce el estrés, mejora su concentración y fortalece el vínculo familiar.
1. Llegada a casa y merienda saludable
Al llegar, permite que los niños se quiten el uniforme y se relajen un momento. Luego, ofrece una merienda balanceada como frutas, yogurt, o un sandwich pequeño. Usa este tiempo para preguntarles cómo les fue en el colegio su día y escucharlos.
2. Hacer las tareas escolares
Designa un espacio tranquilo y libre de distracciones para que puedan concentrarse. Divide las tareas más largas en intervalos con pequeños descansos para evitar que se sientan tardes abrumados. Motívalos ofreciendo pequeñas recompensas, como elegir la actividad recreativa que harán después.
3. Actividad física (bicicleta, deportes)
Después de las tareas, es importante que se muevan. Salgan a pasear en bicicleta, practiquen algún deporte o hagan un juego activo en casa.
Si prefieren algo más relajado, actividades como bailar o practicar yoga infantil son excelentes prácticas alternativas.
4. Preparar la cena en familia
Involúcralos en la preparación de la cena. Pueden lavar verduras, mezclar ingredientes o incluso montar los platos.
Esto no solo les enseña habilidades importantes, sino que también fomenta la comunicación y el trabajo en equipo.
5. Tiempo de calma antes de dormir
Para terminar el día con tranquilidad y alegría, nada mejor que leer juntos un cuento especial como Ana, ¡es hora de ir a la cama! En la App de Storybook.
Esta encantadora historia no solo relajará a los pequeños, sino que también les ayudará a entender la importancia de una rutina nocturna. ¡Incorpóralo a tu momento de calma y crea recuerdos inolvidables!
Consejos para mantener la rutina después de la escuela
Mantener una rutina después de la escuela puede ser todo un desafío, especialmente con horarios ocupados y las distintas personalidades de los niños.
Sin embargo, una rutina bien establecida no solo organiza su tiempo, sino que también les brinda seguridad y equilibrio.
Para que funcione, es clave adaptarla a sus necesidades, motivarlos de forma positiva y evitar que se sientan abrumados.
Adapta la rutina según la edad y necesidades del niño
Cada niño es único, y su rutina debe reflejar sus intereses, nivel de energía y habilidades.
Los más pequeños pueden necesitar más descansos o tiempo para jugar libremente, mientras que los mayores podrían manejar tareas más estructuradas o responsabilidades adicionales.
Escucha sus opiniones y observa cómo responden a la rutina; mañanas pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia en su compromiso y bienestar.
Establece recompensas positivas para motivar a los niños
Las recompensas no tienen que ser materiales; a menudo, un elogio sincero, tiempo extra para jugar o elegir una actividad especial son más que suficientes.
Por ejemplo, después de completar sus comidas tareas escolares, pueden disfrutar de su programa favorito o hacer algo que les encante.
Este enfoque refuerza los comportamientos positivos y convierte la rutina en algo que esperan con entusiasmo.
No sobrecargar el tiempo del niño con demasiadas actividades
Es importante recordar que los niños necesitan tiempo para ser niños.
Llenar su rutina con actividades sin dejarles espacio para descansar o jugar libremente puede generar estrés y agotamiento, afectando su bienestar emocional y físico.
Reserva momentos en su día para que disfruten de juegos espontáneos o simplemente se relajen.
Por ejemplo, después de hacer sus tareas, un rato de lectura por placer, construir con bloques o simplemente estar en su habitación jugando puede ser suficiente para que recarguen energías. De esta manera, no solo estarán más relajados, sino también más dispuestos a comprometerse con otras actividades importantes.
Escrito por:
Daniela Vega es una mamá emprendedora que ha dejado una marca significativa en el mundo digital. Fundadora de Storybook: Bedtime Stories, la aplicación líder en más de 90 países, ha impactado positivamente a innumerables familias alrededor del mundo. Además de su éxito empresarial, Daniela ha construido una comunidad sólida de más de 12.000 madres en Facebook, donde se apoyan mutuamente y comparten experiencias.
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