Es común que algunos niños se comporten de manera diferente en la escuela y en el hogar.
Este tipo de comportamiento puede generar preocupación y dudas en los padres, quienes se preguntan qué está causando esa diferencia y cómo pueden apoyar a sus hijos.
Abordar esta situación requiere una combinación de comprensión, comunicación y estrategias efectivas.
A continuación, te enseñaremos algunos pasos para ayudar a tu hijo a mejorar su comportamiento en el colegio.
¿Qué hacer cuando mi hijo se porta mal en el colegio?
1. Ayúdalo a entender su comportamiento
Hablar con tu hijo sobre su comportamiento en el colegio puede ayudarlo a tomar conciencia de sus acciones.
Pregúntale cómo se siente en la escuela y si hay algo que lo haga sentir incómodo o molesto.
Al abrir este espacio de comunicación, le permitirás reflexionar sobre lo que está sucediendo.
Para ayudarlo, puedes utilizar el audio cuento “Mamá, ¿por qué me porto mal?” en la app de Storybook.
Con esta historia, tus hijos aprenderán a entender y expresar sus emociones, ayudándoles a descubrir más sobre su propio comportamiento.
A veces, los niños no entienden por qué se comportan de cierta manera, y tener una conversación abierta puede ayudarles a encontrar respuestas.
Si descubres que se siente triste al dejarlo en clases, como sucede con algunos niños que se ponen tristes al separarse en la escuela, esto podría influir en su comportamiento y es fundamental abordarlo.
2. Habla con sus maestros
Los maestros pueden ofrecerte una perspectiva valiosa sobre el comportamiento de tu hijo.
Pregúntales en qué momentos suele portarse mal, si hay algún patrón, y si han notado algo que podría estar afectándolo.
A través de una colaboración con los maestros, es posible crear un plan de acción que lo ayude a sentirse más seguro y a comportarse de manera más adecuada.
Esta comunicación abierta también puede ayudarte a descubrir si el comportamiento está relacionado con algún problema social, como sentirse excluido en la escuela o ser rechazado por sus compañeros de clase.
3. Identifica si hay patrones en su comportamiento
Observar si hay patrones en el comportamiento de tu hijo puede ayudarte a identificar las causas subyacentes.
Puede ser que los problemas surjan en momentos específicos del día, con ciertos compañeros o en actividades particulares.
Entender estos patrones te permitirá abordar el problema de manera más efectiva, ya sea ajustando su rutina o apoyándolo para enfrentar ciertas situaciones.
Por ejemplo, algunos niños tienen dificultades para adaptarse a la dinámica del colegio, especialmente si están en proceso de adaptación, como cuando los niños no se adaptan a la guardería o necesitan apoyo adicional para adaptarse al colegio.
4. Uitiliza técnicas de refuerzo positivo
El refuerzo positivo es una excelente herramienta para motivar a los niños a cambiar su comportamiento.
Reconocer y premiar sus buenas acciones les hace saber que sus esfuerzos son valorados y que están en el camino correcto.
El uso de afirmaciones positivas como “Enfrentar Situaciones Nuevas” dentro de la app de storybook ayudarán a reforzar su autoestima y animarlo a enfrentar situaciones nuevas con seguridad.
5. Asigna reglas de comportamiento en casa y en el aula
Es importante que haya coherencia en las reglas de comportamiento tanto en casa como en el colegio.
Establece reglas claras y asegúrate de que tu hijo las comprenda bien.
Puedes trabajar en conjunto con los maestros para que ambos sigan un enfoque similar, lo cual le brindará seguridad y consistencia.
6. Considera si los problemas pueden venir desde casa
Algunos problemas de comportamiento pueden tener su origen en situaciones familiares o en cambios en el hogar.
Si hay tensiones, cambios de rutina o eventos estresantes, tu hijo podría estar reflejando su malestar en la escuela.
Evalúa si algo en casa puede estar afectándolo y busca maneras de apoyarlo y brindarle estabilidad.
Por ejemplo, el estrés emocional en casa podría afectar su desempeño escolar, lo que a su vez podría reflejarse en el hecho de que saca malas notas o se muestra desconectado de sus compañeros.
7. Busca ayuda profesional si es necesario
Si después de intentar estas estrategias, el comportamiento de tu hijo no mejora, puede ser útil buscar el apoyo de un profesional.
Un psicólogo infantil o un orientador escolar puede ofrecerte herramientas y técnicas adicionales para trabajar con él y ayudarte a entender mejor las causas de su comportamiento.
¿Por qué mi hijo se porta mal en la escuela pero bien en casa?
Los niños pueden comportarse de manera diferente en la escuela y en casa por varias razones, entre ellas:
Normas escolares
Las reglas en la escuela pueden ser distintas a las del hogar, lo que puede causar confusión o resistencia.
Ansiedad y estrés
La presión académica o social puede hacer que algunos niños se sientan abrumados.
Baja autoestima
La falta de confianza puede manifestarse en comportamientos negativos como una forma de compensación.
Dificultades para manejar la frustración
Los niños que no saben cómo expresar su frustración adecuadamente pueden actuar de manera inapropiada.
Incapacidad de expresar emociones adecuadamente
No todos los niños tienen las herramientas para comunicar sus emociones, lo que puede llevar a comportamientos disruptivos.
Sentimiento de inseguridad
Si se sienten inseguros o poco valorados, es posible que intenten llamar la atención mediante un mal comportamiento
Falta de atención emocional
La relación con los maestros, interacciones con compañeros y la necesidad de sentirse atendidos emocionalmente pueden afectar su comportamiento.
¿Debo castigar a mi hijo por portarse mal en la escuela?
El castigo no siempre es la mejor solución.
Es importante considerar si el comportamiento de tu hijo es una llamada de atención para expresar algo que no puede comunicar de otra manera.
En lugar de castigar, intenta comprender las razones detrás de su conducta y busca maneras de guiarlo hacia un mejor comportamiento a través de la comunicación, el refuerzo positivo y el apoyo emocional.
¿Por qué los niños se comporten distinto en casa y en la escuela?
Es natural que los niños se comporten de manera diferente en distintos entornos.
En casa pueden sentirse más seguros y libres, mientras que en la escuela enfrentan normas y expectativas que no siempre comprenden o con las que no siempre están de acuerdo.
El comportamiento de los niños es una forma de adaptarse a las circunstancias, y apoyarles con empatía y comprensión puede ayudarles a sentirse mejor y a comportarse de manera más equilibrada en cualquier entorno.
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