Claudia corre por el patio de la casa de su abuela, tropieza y cae, se ha lastimado su pierna, su mamá la levanta y se percata que muchas piedritas se han pegado en la rodilla herida, así que la lava suavemente con agua jabonosa, luego empapa una gasa, la exprime y con toquecitos ligeros la limpia con mucho cuidado, trata de eliminar toda supuración, un poco de sangre seca y la tierra pegada en la piel. De esta manera podrá sanar la herida sin que se infecte. La pequeña se queja porque le duele, pero una vez limpiada y con el abrazo de mamá, aliviada deja de llorar y sigue jugando alegremente.
Dicen que el tiempo puede sanar las heridas, pero…? que sucede con una, que no se limpia primero, ni se desinfecta y se deja al paso del tiempo para que sane?, probablemente en unos días más encontraremos fiebre y una herida que supura, igual sucede con las heridas emocionales que recibimos a lo largo de la vida, muchas de ellas desde la más tierna infancia, no podemos pretender que el sanar las heridas se hará de una manera casual. Es por lo tanto necesario retroceder en el tiempo a esos momentos en que se produjeron las heridas que todavía no han sido sanadas y proceder como lo hizo la mamá de Claudia para curar la herida de la rodilla de su hijita.
- Sanar las heridas de la infancia.
La mayoría de las heridas se produjeron cuando éramos pequeños, no se tenía la capacidad para reaccionar de la mejor manera, por personas, que a su vez fueron heridas e hirieron, porque ellas mismas no habían sanado, y que siendo quienes debían protegernos y amarnos no lo hicieron de la manera correcta, provocando un trauma emocional que nos marcó la vida, que se ha convertido en un obstáculo a la hora de tener una vida plena.
Cuando en la niñez se tuvieron experiencias dolorosas, como abandono, rechazo, humillación, falta de afectividad, todo tipo de abusos, la personalidad se ve afectada con baja autoestima, enojo, violencia y otras situaciones que nos perturban en todo sentido.
No podemos eliminar las emociones como la rabia, la amargura, la envidia, el resentimiento, todos los sentimientos que están en contra de alguien que nos lastimó, traicionó, o dijo algo que no era cierto, solo con desearlo.
- La conexión de las heridas emocionales con la paternidad o la maternidad.
La voluntad por sí sola no puede sanar las heridas emocionales No podemos sacar el miedo de nuestras vidas solo con nuestra voluntad. Es necesario gestionar las emociones de la mejor manera, y no lo conseguiremos con:
- Minimizar la situación.
- Fingir que no existe una herida, y no hablar nunca del tema.
- O por el contrario decir todo lo que se viene a la cabeza, y echar en cara sin importar a quien ni cómo.
- Criticar continuamente a otros o a uno mismo.
- No respetar los límites emocionales de los demás.
- Usar los traumas del pasado para herir a alguien.
Sanar las heridas de la infancia te ayudarán a dejar de lado esos rasgos de personalidad que no te permiten disfrutar de la vida, ni de relaciones sanas. Al dejar atrás las experiencias dolorosas del pasado, evitas que se vuelva una cadena que se repita en la vida de tus hijos, generando en ellos las mismas heridas que hoy nos afligen.
- Mientras no sane mis heridas no podré entender cómo ser el padre/madre que quiero para mis hijos.
Las heridas del pasado no pueden ser utilizadas como una excusa para tener una mala actitud; falta de empatía, poca paciencia, y ser mezquino en demostrar a tus hijos cuanto los amas, es el momento de dejar de sentir autocompasión y dejar la mentalidad de víctima.
No creas que, porque has vivido muchos años con esas heridas que han afectado gran parte de tu vida, no pueden ser sanadas ahora, puesto que cualquier momento es bueno para decidir hacer un cambio, y buscar ayuda, que la puedes encontrar en un profesional, para que te guie con las pautas necesarias para saber cómo sanar las heridas de la infancia.
- Sanar las heridas a través del perdón.
El perdón podría ser una de las características peor utilizadas, aplicadas y más mal entendidas, sobre todo cuando creemos que ya sabemos todo sobre el perdón.
Estos son algunos conceptos equivocados acerca del perdón :
- Una persona no debería ser perdonada hasta que pida perdón.
- Perdonar incluye minimizar la ofensa y el dolor causado.
- El perdón restaura la confianza y reconcilia la relación.
- No has perdonado realmente hasta que olvides la ofensa.
- Cuando ves a alguien lastimado, es tu deber perdonar al agresor.
PRIMERO: el perdón real es incondicional, no depende de lo que el otro haga, no es algo que se puede ganar, simplemente no se lo merece. No es negociable. El perdón no se basa en una promesa de no volverlo a hacer. Ofreces el perdón a alguien sin importar si te lo pide o no.
SEGUNDO: el perdón no minimiza la gravedad de una ofensa. Hay una gran diferencia entre ser lastimado y ser perjudicado. Ser lastimado es algo que es accidental y no requiere perdón, necesita paciencia y aceptación. Cuando has sido perjudicado, si alguien quiso herirte intencionalmente, eso requiere perdón.
TERCERO: El perdón no es olvidar lo que ha pasado. Es imposible tratar de olvidar algo. Cuando intentas olvidar algo, ¿en qué te concentras? en lo que quieres olvidar. Y en lo que sea que te concentres, tiendes a moverte hacia allá…
CUARTO: La clave no es olvidar. La clave es aprender a verlo a través de una perspectiva superior que puede convertir incluso las cosas malas en cosas buenas para tu vida. Hablar del pasado sin perdonar es revivir el dolor.
QUINTO: Tienes que perdonar a aquellos que te han lastimado, porque de otra manera, el resentimiento te controlará. El resentimiento te hace miserable. Te mantiene estancado en el pasado, y cuando estás estancado en el pasado, eres controlado por el pasado.
Cada vez que guardas resentimiento, permites que eso te controle. Personas que te hirieron 5, 10 y aun 20 años atrás, te continúan hiriendo hoy por causa del resentimiento. No permitas que eso siga sucediendo. Tu pasado es pasado. Y tienes que dejarlo ir. ¡ Si perdono a los que me lastimaron el que me libero soy yo ¡
- Encontrar paz en el pasado y entender mejor por qué uno es quién es.
Si bien nuestra voluntad no controla nuestras emociones, si tiene control completo de nuestras acciones, y nuestras acciones cambian nuestras emociones, es el tiempo de hacerlo, considerando que el perdón requiere un proceso continuo.
Al sanar las heridas del pasado recibes beneficios no solamente en la parte emocional sino también física: alivia el estrés, mejora el sueño y reduce el dolor, fortalece el sistema inmunitario.
La ciencia médica confirma que al sanar las heridas emocionales se produce un estado mental enfocado en pensamientos buenos y placenteros, que despiertan los sentidos. Las personas, pueden ver, oler, degustar y escuchar mejor, también optimiza el funcionamiento de los órganos internos
Al encontrar paz en el pasado y entender mejor porqué uno es quien es, se puede disfrutar de la crianza y brindar a tu familia estabilidad fortalecer las relaciones, y mirar al futuro con una actitud o tendencia de ver y juzgar las cosas en su aspecto positivo, o más favorable.
Escrito por:
Daniela Vega es una mamá emprendedora que ha dejado una marca significativa en el mundo digital. Fundadora de Storybook: Bedtime Stories, la aplicación líder en más de 90 países, ha impactado positivamente a innumerables familias alrededor del mundo. Además de su éxito empresarial, Daniela ha construido una comunidad sólida de más de 12.000 madres en Facebook, donde se apoyan mutuamente y comparten experiencias.
References