Santiago no quiere dormir… da vueltas y vueltas, hace mil preguntas… y justo en ese momento, recuerda que no ha recogido sus juguetes, que no sabe dónde dejó su muñeco favorito, hasta que, su mamá se enoja y el niño, muy disgustado y llorando, va obligado a la cama, pero eso sí, con la condición de que papá o mamá se queden en la habitación. La hora de acostarse incide en el desarrollo y comportamiento de los niños.
El problema no solo queda en el mal momento que ha pasado la familia, va más allá, no solo por las consecuencias del día siguiente, sino que influye en el desarrollo saludable del niño. Santiago se ha dormido pasadas las 10 de la noche y a las ocho tendrá que estar listo para ir a su guardería. La maestra contará que Santiago estuvo de mal genio toda la mañana, que golpeó a su amiguito y que no quiso obedecer sus disposiciones.
Según un estudio realizado en Inglaterra, se encontró que un 20% de los niños de tres años, no tenían una hora constante para ir a la cama lo cual repercutía en su conducta, por cuanto se mostraban desconsiderados, peleones e infelices.
El acostar a los chiquitines a las 10 de la noche en vez de a las ocho, producía una especie de “ jet lag social “ a pesar de dormir la misma cantidad de horas que otros niños, porque se veía afectado su ritmo circadiano sin necesidad de subirse a un avión, puesto que los sistemas del cuerpo se confunden de la misma manera, que si se viajara a través de diferentes zonas horarias.
El ritmo circadiano funciona como un reloj biológico interno, que marcha de la forma más exacta posible con los estímulos de luz. Cuando comienza a oscurecer, el cuerpo sube paulatinamente la temperatura corporal periférica y segrega una hormona que se llama melatonina, que favorece el sueño.
Cuando amanece y nos exponemos a la luz del día, bajan los niveles de melatonina, sube el nivel de alerta, nos despertamos y comienza la vigilia. En las primeras horas de la tarde, por lo general luego de comer, sube un pequeño pico de melatonina provocando sueño, propiciando la siesta.
Otros estudios apuntan que, el no tener horarios regulares de sueño se asocia con niños en riesgo de obesidad, además, se relacionó con dificultades en el desarrollo de sus capacidades cognitivas.
Beneficios de dormir antes de las 8h30 de la noche.
Los niños de edad preescolar necesitan dormir entre 9 y 11 horas en la noche y alrededor de una hora de siesta. De cuatro años en delante de 10 a 13 en la noche. Pero lo interesante es la hora en la que se acuestan para que puedan cumplir su ciclo, sin sobresaltos. La hora recomendada para acostarse es antes de las 8 y 30 de la noche.
En los estudios también se encontró algo importante; que los efectos negativos en el comportamiento del niño que no tiene el hábito de dormir temprano pueden ser reversibles. Por lo tanto, ha llegado el momento de tomar la decisión de ser más estrictos con este tema, por los beneficios que podemos conseguir:
- En la salud mental no solo del niño sino también de la madre, que tendrá menos estrés.
- En su comportamiento, siendo más amigable, dispuesto a colaborar y con mejor humor.
- En sus capacidades cognitivas.
- En su salud física, menos propensión a la obesidad.
Como ayudar al niño a dormir temprano
Los niños no vienen con un chip incorporado que se puede simplemente apagar cuando deba descansar, tampoco con un botón que ralentice su actividad. La mejor manera de ayudar al pequeño es estableciendo prácticas saludables que se deben manejar todos los días:
- Si el tiempo lo permite, las actividades al aire libre, el sol, el ejercicio son claves para un mejor descanso.
- En las últimas horas de la tarde se debe disminuir la intensidad de los juegos, y alejarle de las pantallas.
- Es necesario “ajustar” su reloj biológico acostando al niño todos los días a la misma hora. No pensemos que mientras más tarde se duerma lo hará mejor y por periodos más largos, puesto que las hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol se agilizan para mantenerlos activos, así que tendrán más dificultados para conciliar el sueño, mayores despertares nocturnos e igual se levantará temprano al día siguiente.
- Una cena ligera, un baño reconfortante no deben faltar.
- Revisa la habitación del pequeño, la temperatura, el ruido, las cortinas deben cubrir la luz del exterior.
- Conversar un poquito sobre sus últimas inquietudes, leer un cuento, masajes relajantes, hacer una oración y el besito de buenas noches.
No siempre resulta así de fácil conseguir que nuestros chiquitines hagan todo esto con buena voluntad, entonces tenemos que buscar medios para hacerlo. La aplicación Story Book te proporciona una manera muy divertida para que el niño se relaje, por medio de masajes guiados mientras escucha cuentos divertidos. O simplemente escuchando música mientras masajeas cariñosamente su espalda o su cabecita. Estos momentos pueden resultar tan agradables que querrán que se repitan todos los días.
La próxima vez que pienses que no importa a qué hora se duerma tu angelito, piensa que, con un poco de esfuerzo, no solamente estarás cuidando su noche de sueño, sino protegiendo su ritmo circadiano y su salud.
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Redactado por:
Daniela Vega es una mamá emprendedora que ha dejado una marca significativa en el mundo digital. Fundadora de Storybook: Bedtime Stories, la aplicación líder en más de 90 países, ha impactado positivamente a innumerables familias alrededor del mundo. Además de su éxito empresarial, Daniela ha construido una comunidad sólida de más de 12.000 madres en Facebook, donde se apoyan mutuamente y comparten experiencias.
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