«Malcriar» significa «criar mal»; es decir, con poco cariño, pocos brazos, poco respeto, pocos mimos. Es imposible malcriar a un niño por hacerle mucho caso, tomarlo mucho en brazos, consolarle mucho cuando llora o jugar mucho con él. Sobre la base del respeto, cariño y comprensión hemos intentado buscar 10 pasos para una crianza mejor.
1. Amor incondicional
Una de las mas grandes escenas de un gran amor es mirar la expresión de una madre con su tierno bebé en brazos, embelesada, contemplándolo, como si fuese el niño más bonito del mundo. El amor no dependerá de lo que haga el chiquitín, de lo saludable que sea o de lo bien que duerme, simplemente es su hijo y por esa razón le amará sin condiciones.
Cuando comienza a creer y no actúa como quisiéramos, intentamos con el “ chantaje emocional “ no quieres a mamá por eso no comes, o mamá no te va a querer si “ te portas mal “. ¿Qué quiere decir “ portarse mal “ para un niño que lo que está haciendo es extender el tiempo en que su mamá a quien no ha visto en varias horas, le dedique su atención por un momento más…
El amor no se mide por las satisfacciones que el hijo nos da en la vida, porque sea hábil para la música, las matemáticas o el deporte, no obstante, el niño debe estar muy seguro de que, aunque “ se porte mal “ y se lleve una reprimenda, o, porque rompió el adorno favorito de mamá , el cariño no disminuirá. Es decir … te amo por quien eres y no por lo que haces.
2. Respeto y Aceptación
El respeto es muy importante dentro de la crianza, ya que consiste en valorar a tu hijo, con la consideración que se merece. El respeto es hablarle con la misma deferencia que lo harías con cualquier persona, es entender que, por el hecho de ser tu hijo no es parte de tus pertenencias, y que no necesariamente será igual a ti. Es valorar sus tiempos, su desarrollo, su individualidad, sus capacidades y su edad.
- 3. Libertad con responsabilidad
El mayor regalo que podemos dar a los hijos es criarles para que sean libres. Acompañándolos en su progreso hacia la libertad, lo cual sobrelleva el hecho de aprender a asumir la responsabilidad por sus actos. Si los sobreprotegemos, estaremos formando niños sin iniciativa propia.
4. Límites
Un niño no puede hacer “ todo lo que le venga en gana”, ya que criaremos un pequeño egoísta u oportunista y frenaremos su desarrollo hacia la madurez. Por eso es necesario que tanto mamá como papá marquen los límites dentro de los cuales el podrá actuar con libertad. Esto le hará sentirse más seguro y confiado, ya que caso contrario podría creer que no es importante ya que a sus padres les da lo mismo lo que el haga.
No debemos confundir la amabilidad o el trato afectivo con la permisividad, los padres deberán mantenerse firmes, sin maltratos, en las limites que han considerado esenciales como un valor dentro de su familia, El pequeño entenderá el amor que los mueve al ponerle límites, lo que nunca comprenderá será la incoherencia entre la permisividad y el autoritarismo.
5. Desarrolla su confianza
La autoconfianza de un niño nace de los logros que consigue durante su aprendizaje. Poco a poco podrá ser más hábil para levantar una torre de bloques, pintar sin salirse de las rayas, o montar en bicicleta sin ayuda.
El estímulo que recibe de sus padres, al realizar sus logros le ayudará a sentirse mejor mejorando su autoestima, infundiéndole el deseo de seguir superándose.
6. Evita comparaciones o etiquetas
Tu hijo es único, irrepetible, tiene su propio ritmo de aprendizaje y desarrollo. Cuantas veces hemos usado frases como “ mira que bien se porta ese niño “ “ tu hermano ya ha terminado su comida” o cosas por el estilo, con la idea errónea de “ motivar “ al pequeño hacia un cambio de actitud y mejor comportamiento; solo para conseguir disminuir su autovaloración.
Las etiquetas que usemos para definir a nuestro hijo son las que harán que el se comporte de esa manera a mediano o largo plazo. “ Este niño es “ sucio “ o “ desobediente “. Las etiquetas positivas pueden dar lugar a comparaciones. Tu pequeño tendrá habilidades y talentos diferentes a otros niños, sin embargo, nadie puede, ni debe medirse con las capacidades de otros.
7. Tiempo
“Amor se deletrea TIEMPO”. Todos tenemos 24 horas al día; nuestra responsabilidad es administrar ese valioso tiempo, estableciendo un orden de prioridades.
Ya llegará el momento para leer ese libro que deseas desde hace años y “ no tienes tiempo”, o para pasar horas en la televisión para relajarte del fuerte trabajo al que estas sometido. El tiempo que no podrás tener luego, es ese tiempo fugaz de la niñez en la que imprimes el sello personal en la tierna vida de tu pequeño, esos instantes que no se repetirán jamás.
El tiempo, ese bien preciado lo damos a cuentagotas; marcarás una gran diferencia si estás presente con todos tus sentidos, otorgándole a tu hijito esos momentos especiales ¿Qué es lo que el o ella necesita? … que juegues con la atención requerida, y no con una mano en el celular. Que oigas sus aventuras en la escuela, sus frustraciones y anhelos con tu mirada puesta en la suya. Que el mundo se detenga cuando el te quiera hablar.
8. Contacto físico
Los abrazos son gratis, no necesitas mucho tiempo para darlos; tienen la capacidad de bajar sustancialmente el cortisol u hormona del estrés. Con un abrazo y un beso, se curan las rodillas raspadas, la frustración por la pelea con un amigo, o la pena porque se ha roto su juguete favorito. También un abrazo sin ningún motivo hace que tu hijito se sienta parte de ti.
Según la sicoterapeuta americana Virginia Satir, los seres humanos necesitamos 4 abrazos al día para vivir, 8 abrazos para mantenernos y 12 abrazos para crecer.
El contacto físico brinda además beneficios en la crianza de los niños que no se pueden medir; confianza, seguridad, sentido de protección y pertenencia, crecerán sanos y felices.
9. Palabras de afirmación
Si realmente entendiéramos el valor de las palabras y de cómo estas marcarán fuertemente la vida de los hijos, las meditaríamos más, no seriamos tan rápidos para hablar palabras duras o groseras en un momento de estrés o de frustración.
Las palabras tienen el poder de marcar la vida de una persona, tanto de manera negativa, cuanto de modo positivo. Pueden matar la autoestima, hacer sentir al niño que tiene poca valía, provocar vergüenza o humillación; o, sanar las heridas del corazón, construir sueños, impulsar a alcanzar metas, desarrollar seguridad en sí mismo. El sentirse amado, y valorado, le motivará a ser resiliente y empático en diferentes situaciones.
Demostrar con tus palabras empatía, es decir entender lo que el pequeño está sintiendo, más allá de sus palabras, colmará ese deseo de sentirse apreciado y valorado por esas personas tan importantes en su vida, como son sus padres.
- 10. Desarrollar su estabilidad emocional
Ayudar al niño a desarrollar la capacidad de gestionar sus emociones de forma positiva de modo que no afecten su vida diaria, es desarrollar su estabilidad emocional.
Para un pequeño es difícil aprender a esperar, esto, le producirá frustración que puede desencadenar en un torrente de negatividad, rabietas, ansiedad, descargas de sentimientos negativos que pueden llevarlo a ser temeroso, resentido y negativo.
Al hablarle con calma y serenidad, le ofrecemos la oportunidad de expresar sus emociones, que podemos conseguirlo, con preguntas sencillas de acuerdo con su edad y a su capacidad de expresión, con la atención suficiente para entender e intuir más allá de sus propias palabras.
Un hogar estable, con buenas relaciones, será el mejor lugar para una crianza saludable. Y a pesar de que la crianza no es fácil, y de los errores que cometeremos, si lo que nos mueve es el amor, este cubrirá multitud de fallas.
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Escrito por:
Daniela Vega es una mamá emprendedora que ha dejado una marca significativa en el mundo digital. Fundadora de Storybook: Bedtime Stories, la aplicación líder en más de 90 países, ha impactado positivamente a innumerables familias alrededor del mundo. Además de su éxito empresarial, Daniela ha construido una comunidad sólida de más de 12.000 madres en Facebook, donde se apoyan mutuamente y comparten experiencias.
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